viernes, 27 de abril de 2012

Malvinenses Parte II

Entrevista a Soledad Rende

Un acto de paz y soberanía

El 16 de abril de 1980 por los rincones del hospital malvinense King Edward Memorial Hospital of Port Stanley, se oyeron los primeros llantos de Soledad Rende, quien al irrumpir en el mundo hacía historia: se convertía en la primera persona de padres argentinos en nacer en las Islas Malvinas luego de la invasión de 1833.
El nacimiento de Soledad, cuyo nombre es en conmemoración al homónimo archipiélago, fue parte del plan denominado "Operación Cigüeña de la Paz", ideado por Pablo Rende, padre de Soledad y militar retirado. La idea era viajar con su mujer embarazada, Nora Bandino y tener a su futura hija en las islas. Para que esto resulte, la estrategia a tomar debía incluir un hermetismo absoluto. Así lo fue. El matrimonio Rende viajó de incógnito hasta Comodoro Rivadavia y luego embarcaron hacia las Islas Malvinas. Una vez allí, las autoridades británicas se opusieron a dejar a la esposa de Rende dar a luz, pero el estado de salud de la mujer obligó a que el nacimiento finalmente se concrete.  Soledad fue inscripta como ciudadana del Reino Unido y diez días después se encontraba nuevamente en Buenos Aires. Cuando se desató la Guerra de Malvinas, el padre de Soledad nuevamente pisó suelo malvinense pero esta vez como voluntario: " Mi papá fue a Malvinas como voluntario, fue uno de los primeros que ayudó a enterrar a los soldados argentinos. De hecho, cuando finalizó la guerra en casa nos solidarizamos con algunos excombatientes que se habían quedado sin nada", comentó Soledad.

A lo largo de la historia, distintas ambivalencias envolvieron tanto a ciudadanos argentinos  como malvinenses; si algo le dio la guerra de Malvinas a los isleños fue un reconocimiento soberano mucho mayor por parte del Reino Unido, incluyéndolos, luego de 1982, como plenos ciudadanos británicos; por su parte, la constante lucha argentina por un territorio en disputa desde hace más de 175 años no hizo más que dejar, entre otras heridas, contradicciones y vacíos legales; la familia Rende vivió y sufrió este flagelo:  las leyes argentinas no le permitían a Soledad tramitar su DNI argentino ya que su partida de nacimiento estaba escrita  en inglés.
Entre el limbo legal y las contradicciones jurídicas, y luego de un juicio al Estado que duró cuatro años, Soledad Rende finalmente logró obtener su DNI argentino.
Tras ser consultada sobre un posible regreso a las islas dijo: "Me gustaría volver a Malvinas, incluso gente de la política me invitó a viajar con motivo del nuevo aniversario, pero prefiero ir por mi cuenta, lo primero que haría sería visitar el cementerio de los caídos en la guerra".

Para Soledad no hay grandes contradicciones identitarias, ella nació en las Islas Malvinas por lo tanto es Argentina. "Para mí es normal haber nacido allá; tal vez porque toda mi vida conviví con mi historia, pero si me detengo a pensarlo, sí, es muy fuerte, estoy orgullosa de haber nacido en las islas Malvinas" comentó.

El destino marcó a Soledad para siempre por haber nacido en un territorio donde los obstáculos legales, soberanos y una guerra que se llevo cientos de almas, forman parte de los omnipresentes factores que la historia dejó; en el fondo, sabe que es dueña de un tesoro que sólo unos pocos pueden poseer: el que la proclama como argentina pero también malvinense.

Al resumir su historia Soledad no duda en afirmar que lo suyo fue un acto de acto de paz y soberania; en este breve enunciado se logra una reflexión que trasciende cualquier coyuntura diplomática y política y sitúa al debate en un estadío más sano y simple. El de la paz como necesidad básica ante cualquier conflicto y el de la soberanía, derecho al cual se debe llega por las vías más sensatas y nobles. Soledad Rende es ejemplo de que estos principios tan esenciales, son posibles.

viernes, 6 de abril de 2012

Malvinenses. Parte I


 Entrevista a James Douglas Lewis

Unido a Malvinas


James Douglas Lewis nació en Puerto Argentino en 1950 y fue criado entre los albores de la Patagonia. Conocedor como pocos de la historia de cada rincón austral del país, es también una de las voces autorizadas en los reclamos por la soberanía nacional.  De tono crítico y reflexivo, su fe se tiñe con nostalgia al recordar una guerra que según él se podría haber evitado con un poco de sensatez y sentido común.
Desempeño un destacado papel como Director de Turismo de Puerto Santa Cruz y su historia es el poderoso ejemplo de que malvinenses y argentinos pueden compartir una misma identidad.




     Historiador. Casi como un profesional, Lewis se adentra en la historia de la Patagonia y detalla los orígenes de su tierra



-¿Cómo llegaste de las Islas Malvinas a Puerto Santa Cruz?

-Llegué a los 3 años. En realidad mis padres se fueron de Malvinas a la Segunda Guerra Mundial,  se habían  enlistado en la  Marina sirviendo en un  rompehielos que hacía base en las Islas; mi madre era enfermera y trabajó, luego del desembarco en Normandia, en los hospitales de Londres; una vez concluida la Guerra aceptó el ofrecimiento de ir a Malvinas como jefa de hospital, allá conoció a mi padre y tras unos años de relación me tuvieron. En 1954 mi padre decidió hacerse cargo de  la estancia familiar La Margarita en Río Chico, y llegamos, pasando por Punta Arenas (Chile), a Puerto Santa Cruz, justamente un 10 de junio -Día de la Reafirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas-.
Mi historia también tiene como protagonistas a mis bisabuelos quienes vinieron a poblar Ushuaia en 1870, mi bisabuela fue la primera blanca en el territorio y mi bisabuelo - Frank Ushuaia Lewis-   el primer hombre blanco en bautizarse en este territorio, él además era carpintero e hizo las primeras chozas; también se desempeñó como presidente de la sociedad de fomento de la zona, sin dudas fue una persona muy importante e hizo muchas obras. Se lo recuerda muy bien, la calle de la municipalidad incluso lleva su nombre.


 -¿Cómo relacionás históricamente la Patagonia con Malvinas?

-La Patagonia y Malvinas ya eran cercanas desde el siglo pasado. En 1884 se reparte la Patagonia en varios territorios,  y queda el mendocino Carlos  María Moyano como primer gobernador de lo que en ese entonces era el Territorio Nacional de Santa Cruz; lo primero que hace es colonizar estas tierras,  en esa época acá no había nadie. Reclamamos Malvinas pero esto quedó olvidado muchos años. Moyano  trajo muchos colonos de Malvinas para que ocupen Santa Cruz, sino perdíamos el territorio, los chilenos querían la margen sur del Río Santa Cruz, incluso el puerto Santa Cruz era casi un puerto chileno. Estos problemas limítrofes con Chile provocaron la expedición denominada Py cuyo objetivo fue  reafirmar la soberanía nacional en el territorio patagónico, de este acontecimiento surge la celebración del Día de la Soberanía el 1 de diciembre de 1878,  coincidiendo  también con el nacimiento de la Armada. Además, Puerto Santa Cruz es una de las localidades más antiguas que existen en Santa Cruz.

-¿Entonces lo que hizo Carlos María Moyano puede tomarse como ejemplo para la reinserción de Malvinenses en Argentina?

-Sí, absolutamente. Antes del 82` estábamos muy cerca de que los isleños se integren plenamente a la argentina,  acá en Santa Cruz estaba YPF, Gas del Estado, iban maestras españolas a dar clases a Malvinas, venian chicos a estudiar a los colegios de Buenos Aires, como el San Jorge y San Andrés, e iban los enfermos a curarse a hospital británico de Buenos Aires y Comodoro. Creo que si no hubiese sido por el desafortunado evento del 82´, las islas hubieran sido recuperadas. Se perdió esa oportunidad. La influencia de Malvinas en la Patagonia era muy grande, de hecho Moyano, cuyos restos descansan en Puerto Santa Cruz, se casó en esta localidad con una malvinense: Ethel Turner.

-¿Cuál era tu postura al momento de la guerra?
-Para mi fue una locura, el día que se desató la guerra estaba en cabo Vírgenes  en la estancia de un amigo, había ido allí a buscar carneros; recuerdo que me levanté y me comentaron que habíamos ingresado a Malvinas. Mi madre, justamente que había sido enfermera durante la Segunda Guerra Mundial y sabía todo lo que eso significaba lo vivió como algo tremendo, de hecho al año siguiente falleció de un ataque cardiáco, creo que en gran parte fue por el disgusto de esa guerra.


-¿Creías que iba a ser posible un enfrentamiento bélico?

Luego del 33'  hubo un periodo de más de 10 años en los cuáles no se reclamó nada, ninguno de los dos gobiernos se presentaron a conversar. En esa época el sur no existía, nosotros nacimos casi 50 años después, esto era tierra de nadie. Es importante ponerse en conexto al analizar el tema Malvinas.
La guerra se veía venir, se la "sirvieron en mano" a (Margaret) Tatcher, una persona nefasta quien aprovechó la oportunidad que le brindó la junta militar; de hecho Malvinas le sirvió para  ganar dos elecciones más. La  conclusión que hago es que ella hizo una pequeña guerra y se  armó politicamente; tal como se procede hoy. Más allá del mero sentimiento de que las islas son argentinas pienso que usan politicamente estos conflictos para tapar múltiples problemas.


-¿Cómo podrían insertarse los isleños a nuestra soberanía?

-Habría que reinsentarlos por otros medios que no son los que actualmente utilizamos, tenemos diplomáticos excelentes, hay que dejarlos que ellos hagan su trabajo pero los políticos se meten y dicen obviedades sin darse cuenta que cometen errores y cierran puertas al diálogo.
Hoy por hoy ellos (el gobierno británico) no quieren negociar ya que los políticos argentinos dicen que la única opción que hay es que se reconozca la soberania, algo que los británicos no aceptarían. Habría que dialogar dejando una ventana abierta para que surjan nuevas alternativas de ambos lados. Que no todo sea tan estructurado.

-Participaste varias oportunidades en el Comité de Descolonización de la ONU con sede en Nueva York. ¿Qué has notado en las negociaciones en las que estuviste presente? ¿Qué avances y retrocesos pudiste experimentar?

-Comencé a ir a esas reuniones en 1987, fui seis veces en total. Argentina tiene que ofrecer ideas acorde a un país sensato, normal, equilibrado, con politicas de estado. Más allá de eso, los reclamos son legítimos pero estamos en un punto muerto, los políticos dicen cosas que no estan en concordancia con la gente que concurre a las negociaciones. Veo a los diplomáticos como los más preparados y con una línea de conducta más perdurable, ya que los políticos cambian según la situación del país. Durante el gobierno de Menem o Di Tella, eran demasiados amigables, por ejemplo se mandaban Ositos Teddy Bear, lo que refleja que dependiendo del gobierno la postura cambia y no tendría que ser así, se debería  seguir una línea u otra, con Caputo era una cosa con Cavallo otra, con Bielsa con quien fui dos veces se seguían también otras pautas. Se llega a un punto en el cual  no se sabe cómo encarar la postura en los reclamos. Debería haber una políca de estado que sea la definitiva, esté quien esté en el gobierno.
De todos modos, hay que seguir haciendo esos reclamos, la ONU es como una válvula de escape, decimos las posturas, y ellos dicen las suyas, es una manera de evitar a que se lleguen a medidas nefastas. Es importante que se siga haciendo el reclamo formal.

-¿Creés que  hubo últimamente una intensificación por parte del gobierno argentino en los reclamos por la soberanía?

-Hoy por hoy, al cumplirse el trigésimo aniversario del conflicto de Malvinas veo que hay serios problemas tanto en Inglaterra como en Argentina, siento que todo esto se usa como una pantalla para tapar problemas internos de ambos gobiernos. El 30º aniversario marca un hito, lo más positivo es que hemos transitado por 30 años de gobiernos civiles.Hoy (2 de abril) es un día muy triste, lo que sucedió en Malvinas  se podría haber evitado con sensatez y sentido común.  Si bien defiendo la postura argentina creo que deberíamos modificar las formas de negociación. Parece que nosotros lo único que aceptamos es el reconocimiento de la soberanía y nada más.
Recuerdo que en uno de los viajes a la sede de la ONU en Nueva York estaba Garcia del Solar, un excelente diplomático y la idea era que se reúna con el embajador  inglés para iniciar conversaciones, finalmente eso terminó en nada. Sorpresivamente las negociaciones transitan de una punta a la otra, sin termino medio los cuales podrían incluir; la consideración de una bandera o gobierno neutral o que se les deje (a los isleños) celebrar la independencia;  en fin, hay que buscar opciones que acerquen a las partes.

-¿Entonces medidas tales como no dejar  entrar a las costas argentinas buques con bandera británica poco ayudan?

-Esas medidas me parecen ridìculas. Gastamos fortunas en ir a los foros de turismo en Inglaterra, España, Alemania o Francia a promocionar el país y cuando vienen no los dejamos entrar. Eso es falta de sentido común y  le quita fuentes de trabajo a los argentinos. ¿Cuanto dejamos de ganar dentro del país con esas medidas que "salen de la galera"? Un día  se anuncian posibles vuelos que saldrían de Ezeiza y al otro no dejamos desembarcar barcos con bandera inglesa. No me parecen cosas sensatas.


-¿Por qué creés que Malvinas fue el territorio en disputa y no cualquier otro?
-La razón por la cual se interesaron en  Malvinas fue para utilizar el territorio  como una base de barcos; en esa época zonas como Cabo de Hornos o el Estrecho de Magallanes resultaban militarmente muy útiles para que los barcos tengan un puerto más en medio del atlántico.


-Estuviste al frente de la dirección de turismo de Puerto de Santa Cruz ¿Cómo te acercaste allí y cuál es el balance de tu gestión?

-Cuando dejé el campo  en 2003 vine a Santa Cruz a estar con mis hijos y empecé con el turismo, en ese entonces  era una novedad,  al comienzo de mi gestión tuve que armar una estancia turística en la trinchera en el lago San Martin, estancia El Condor. Los primeros años avanzamos un montón, la creación del parque Nacional Monte León fue una ayuda enorme, de la mano de esa creación vinieron muchos cursos vinculados con el reconocimiento arquitectónico de los pueblos, eso ayudó a que reconozcamos nuestra historia y nuestros valores. Me alejé ya que no veo que las cosas avancen como deberían, todo es muy lento, hay muchos anuncios pero falta realización. Me hice a un lado para dedicarme a la parte más histórica relacionada a los museos, o a cuestiones relacionadas al medio ambiente, trato de aportar pero desde otro ámbito.

-¿Qué problemáticas encontraste en el sector?

-Por ejemplo, hace años que tenemos aguas termales debajo de nuestro suelo, se anuncian obras para explotarlas pero nunca se concretan, jamás se hizo un pozo para explotar los recursos. Éstas deberían ser nuestras metas, hay anuncios de edificios y obras que pueden ser muy lindos pero no dejan nada,  hay que apostar a la producción.

¿Esto se debe a una falta de recursos o escaso compromiso político?

-Esta política tiene que ver un poco hacia donde apunta el gobierno. Como privado trabajé en el campo, me dediqué a la cria de ovejas y dependía de lo que producía para poder hacer obras, acá es al reves: se hacen infraestructuras sin saber con qué fin se van a emplear, entonces se crean obras que no son usadas y que no producen recursos genuinos para la localidad.


-¿Apuntas a que hay que explotar recursos para producir empleos?

-Claro, acá somos todos empleados públicos, no hay nada genuino, si falla el gobierno "estamos todos en el horno". Se apunta a fines políticos en lugar de fines productivos.
Por ejemplo, cada año  hacíamos una regata, rememorando algún hecho histórico, estas travesías las pudimos hacer hasta este año ya que nos avisaron que ya no hay recursos. Parece que después de las elecciones se terminó la plata, se ve que gastaron lo que no tenían. Lo que pasa que no se invierte en producción, entonces dependemos de la soja; Argentina está en una situacion bastante conplicada, este año no será fácil. Si no se fomenta la siembra y se generan recursos genuinos será dificil remotar esto. El problema principal es que hay muchos empleados públicos, son casi el 60-70  por ciento de la población. Lo que se produce es muy poco. En el campo tenemos 2.600.000 ovejas cuando en nuestra historia llegamos a tener casi 9 millones, e incluso hubo un tiempo prolongado  en los cuales las cifras oscilaron entre los 5 y 6 millones pero lamentablemente la producción fue bajando cada vez más. Esto se dio por falta de políticas a largo plazo lo cual también provoca menos aporte, menos trabajo; aunque reconozco que tampoco es fácil conseguir gente para el campo, la gente se acostumbró a trabajar en municipios y  no conoce los trabajos en el campo ni tiene interés en aprenderlos. Tenemos que volver a la cultura de trabajo.


-El año pasado cumpliste con un desafio: uniste a pie el Puerto de Santa Cruz y el  Puerto de San Julián. ¿Que te dejó esa experiencia?

-La travesía la hice con el precursor de la idea: Eduardo Juárez Allen de 72 años. La historia marca que tripulantes de la Nao Victoria  descubrieron la entrada al estuario Sur el 4 de mayo de 1512, fecha en que se conmemora el día de la Invención de la Santa Cruz y le queda como nombre al río. Ellos iban en búsqueda de un paso hacia el Oeste pero naufragaron, debido a esto la tripulación a bordo de una pequeña balsa tuvo que ir hasta Punta Entrada y dos de sus tripulantes fueron caminando desde allí hasta la bahía de San Julián para avisarle a Magallanes sobre lo ocurrido quien al enterarse manda víveres y va al rescate junto con cuatro barcos. La tripulación estuvo en el estuario de Río de Santa Cruz aproximadamente dos meses. Nosotros fuimos desde Cañadón de los Misioneros hasta Punta Reparo, lugar donde Magallanes rezó la misa antes de la expedición del estrecho que lleva su nombre.
La idea es darle contenido a la historia luego ir a los colegios y mostrar fotografías alusivas a aquellos hechos. Esto sirve para que los chicos conozcan la historia de su lugar y valoren lo que tienen. Hicimos cursos revalorizando edificios históricos, y el objetivo se cumple, los jovenes terminan valorando todo mucho más. Es una buena forma de difundir la historia del lugar.


-Transcurridas tres décadas, ¿crees que las Islas Malvinas volverán a ser argentinas?

-Las Malvinas van a volver a ser nuestras cuando seamos un pais serio, donde se respete a las instituciones, funcione la justicia y el poder judicial, con reglas claras, sabiendo donde estamos parados y hacia dónde vamos; con estas garantías los isleños no van a tener problemas en reinsertarse en el país.
Siempre que encuadré mis discursos sobre Malvinas fue en complementación, complementarnos significa que en nuestros reclamos podamos hablar de pesca, turismo y producción ovina, entre otras cosas. Con los isleños tenemos muchas cosas en común, todos los malvinenes que conozco tiene un estilo de vida muy similar con la gente que vive en Santa Cruz.